Gracias a El Tuerto he tenido la oportunidad de visitar el
Castillo de Niebla. Esta edificación ha resistido desde largos asedios, como el de los cristianos, que duró cerca de nueve meses y medio y que se puso fin por hambre, al terremoto de Lisboa en 1755 que destruyó gran parte de las edificaciones, como por ejemplo el castillo de Ayamonte y que en su lugar ahora está el Parador Nacional de Turismo.
El castillo ha sido restaurado y muestra como era la vida dentro de la fortificación, prestando especial atención a las mazmorras, de las que podrás ver unas fotos a continuación.
Hay que decir que la visita coincidió con la semana de teatro, por lo que pudimos asistir a un ensayo general de la actuación y que, por falta de tiempo no pudimos quedarnos a la representación.
El estado de conservación es bueno en general, pero, debido a las palomas que anidan en sus muros apunto estuvieron de costarnos una desgracia, ya que se desprendió una piedra de considerables dimensiones y que dada la altura del muro cayó con gran fuerza entre El Tuerto y su señora. Por fortuna no debimos lamentar ningún mal mayor que el susto, pero eso no quita que otro día pueda ocurrir una desgracia.
Los críos pudieron ver cómo se vivía en aquellos años de contienda, dónde el valor de una vida humana no era mayor que el de las bestias que cuidaba. Si vas con ellos te recomiendo que presentes el carné de La Banda, ya que podrán acceder gratis al recinto.
No es recomendable ir con una silla infantil, ya que los accesos a los torreones son escarpados y a duras penas pasa una persona.
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