Reservista Voluntario en la Armada Española II

Mi primer arriado de bandera

El cabo nos guió hasta el cuartel de alumnos Almirante Francisco Moreno y, con un listado en la mano, nos condujo a la segunda planta de aquel edificio.

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Sorprendentemente entre las cuatro alas que formaban las plantas del cuartel nos repartieron en parejas entre la este y la norte. A pesar de ello, cada uno de nosotros tenía una camareta diferente (así se le llaman a las habitaciones en la Armada, aunque también os encontraréis utilizado el término sollado). Lo cual significaba que la amistad que habíamos ido haciendo durante el viaje nos serviría de bien poco para romper el hielo de la primera noche durmiendo lejos de casa. Por suerte me había tocado en la litera superior izquierda en una camareta de cuatro ocupantes de los que yo era el primero en llegar. Buena suerte -pensé- así tendría posibilidades de deshacer bien el equipaje. Sin embargo, el cabo que me acompañaba malogró mis pensamientos porque me indicó que a las 20h15′ tenía que estar en el comedor (joder si sólo faltan tres minutos). Buff, habrá que apurarse. Yo pretendía darme una ducha después del palizón kilométrico del viaje pero habría que dejarlo para más tarde.

Detalle de la camareta de la Escuela Naval Militar de Marín (ENM en adelante)

Detalle de la litera que se me asignó en la ENM

Todavía desconcertados me encontré con mis compañeros sevillanos BAR, Azul y Alfonso que también apretaban el paso para llegar al comedor de la Escuela. Hombre, no siempre será así, con tanta carrera, nos consolamos (no sabíamos lo equivocados que estábamos).

Con cierto temor entramos en el comedor de alumnos de la ENM situado en la planta baja del cuartel marqués de La Ensenada. De lleno nos invadió el olor y la vista de la tradición de muchos años que en la Armada Española se fomenta y se cultiva. Las paredes realizadas sobre un fino marmol italiano, regalado a Franco por Mussolini en los años 40 del siglo pasado, daban a la amplia estancia un aspecto soberbio. Con tranquilidad tomamos las bandejas que el servicio de catering civil dota a la ENM y nos apresuramos a coger los dos platos y el postre que nos ofrecía el menú.

Detalle del comedor de alumnos de la ENM

Mientras comíamos comenzamos a ver a otros civiles que intentaban entablar conversación -¿De dónde vienes… ¿eres del cuerpo general… Pues las camaretas no parecen estar mal… etc… etc… Dimos cuenta de la pitanza que nos sorprendió gratamente aunque echamos en falta un buel caldo español o, como mal menor, un zumo de cebada fresquito. Pues no en la ENM se bebe agua que es el medio del marino.

8 de abril 20 h 56′: Desde el exterior del comedor se comenzó a oír alguna música militar. Algunos de los aspirantes a reservistas se levantaron, así que yo, siguiendo el principio de "donde fueres, haz lo que vieres" me puse en pie. Llegamos a la puerta del cuartel de alumnos marqués de la Ensenada con los últimos toques musicales que anunciaban el arriado de la bandera en la ENM. En aquel momento me sentí embargado por una extraña sensación. A mi alrededor algunos de los que iban a ser compañeros míos en los próximos días permanecían firmes, mientras de reojo miraban en su entorno. Me sentí bien. La bajada de la bandera que anunciaba el ocaso del sol que bañaba la ría de Pontevedra parecía darnos la bienvenida y, a la vez, nos tranquilizaba por lo que teníamos que experimentar en los próximos días.

El primer arriado

Cuando la guardia militar se retiró el movimiento volvió a nuestro heterogéneo grupo. En silencio volvimos hacia nuestro cuartel. Ahora sí que podremos ducharnos -pensé-. Al llegar a mi camareta comprobé que algún compañero había entrado. Era Antonio, un sevillano al que había conocido fugazmente en mis primeros encuentros con los reservistas de la capital hispalense. También tenía destino en museos así que ya teníamos algo en común. Al poco llegó un nuevo visitante. Se trataba de Dronedaniel al que ya conocía del foro de reservistas y al que, en suerte, le había tocado la litera superior derecha de la camareta. Hecho afortunado porque este curso mío (esta expresión se utiliza para designar a los compañeros de promoción de la ENM) es "más largo que un día sin pan" y, desde luego, iba a estar como una sardina en lata en la pequeña cama. Nos saludamos y comentamos algunas cosas intrascendentes propias de los recién conocidos. Bueno, ya sabéis, ¿de dónde vienes?, ¿qué tal el viaje?, etc. Estando en ello entró un nuevo miembro (el último ya porque sino habríamos tenido que dormir compartiendo litera) era Salvador un curtido marino del SVA que tenía su residencia a vuelo entre Pontevedra y el puente del Petrel. Pues ya estábamos todos.

La verdad era que, entre pitos y flautas, se nos había hecho tardísimo. Preguntamos si se podía salir de la ENM y nos confirmaron que no había ningún problema, tan sólo había que agrupar los regresos entre las menos cinco y más cinco en las horas en punto (es decir de 00h55′ a 01h05′, 01h55′ a 02h05′, etc.). Los sevillanos nos volvimos a juntar y salimos a paso raudo de la ENM. Sin olvidarnos, claro está, de pasar por el cuerpo de guardia para anunciar nuestro desembarque de la escuela.

Bueno ya estábamos fuera. Y, ¿ahora que hacer?. Cerveza nos pedía el cuerpo, así que narices nos metimos de lleno en el primer bar que pillamos y comenzamos a probar todas las marcas comerciales gallegas.

Y así hasta las tantas de la madrugada….

Hora indeterminada de la madrugada del 9 de abril: Bueno ya estábamos de vuelta. Pasamos por el cuerpo de guardia para embarcarnos en la ENM y, en silencio, nos fuimos cada uno a su camareta. Me desvestí y comprobé el tremendo calor que hacía en la estancia. En la oscuridad vislumbré (bueno mejor dicho oí las respiraciones de dos compañeros), así que decidí pasar del pijama y quedarme sólo con un calzón y una camiseta deportiva que había traido. Saque la colcha y me acosté en la litera. Bueno, antes de eso, tuve que rememorar mis tiempos infantiles para subir cual salamandra a lo alto de la camita. Que os puedo asegurar que no era fácil, ni mucho menos. Y, después, bueno después sólo quedaba que fuera capaz de conciliar el sueño. Pero habían sido tantas las emociones de aquel día que el bueno de Morfeo no tuvo inconveniente en echarme una mano y, al cabo de unos minutos, sentí que la modorra (en esto tendría que ver la cervezita digo yo) comenzaba a vencerme. Poco después no me enteraba de nada.

6 comentarios

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    • Enrique el 10 mayo, 2007 a las 14:04
    • Responder

    Me incorporo en junio a la ENM y te agradecerias me comentaras algo respecto a la necesidad o no de una fuerte preparación física para sacar el máximo partido a la formacion.

    • El Tuerto/Meollar el 11 mayo, 2007 a las 7:00
    • Responder

    Amigo Enrique:

    Primero felicitarte por la experiencia que vas a vivir y de la cual estoy seguro que no te defraudará. Respecto al tema de la preparación física la ENM ha ido [i]in crescendo[/i] desde las primeras promociones de reservistas. Y esto ha sido a petición propia de los aspirantes que nos hemos ido sumando al proyecto de la Reserva. Las actividades físicas más resaltables son la instrucción militar (es diaria compuesta por formaciones, orden cerrado, paradas militares, etc.), la gimnasia (está formada por cuatro partes en la primera estiramientos completos, en la segunda carrera por el exterior de la ENM (en la arena de la playa es duro te lo aseguro), en la tercera ejercicios de rapidez y coordinación a través de juegos por parejas o en equipo y, en la última, estiramientos.

    No obstante dicho esto también te debo decir que con una preparación básica física no debes tener mayores problemas. Yo he seguido durante un año un programa de preparación que comenzaba con un simple paseo andando (20 minutos diarios en la 1ª semana y subiendo el tiempo en las dos siguientes semanas acabando con 30 minutos), pasando a un paseo rápido en la 4ª semana y, a partir de aquí, combinando el andar con el correr hasta que al cabo de tres meses todo lo haces corriendo. Esto lo he simultaneado con tres días de natación semanales que te refuerzan el fondo y, también, te desentumece los músculos.

    Si necesitas más información dímelo, creo que todavía tengo la tabla en un word. De todas formas no te hagas mala sangre tampoco tienes que estar echo un Rambo cosa que algunos compañeros malinterpretan de su servicio en la Armada. Lo que ésta necesita son buenos profesionales para desempeñar unos destinos con unas características muy concretas.

    Por último, a pesar de todo lo dicho lo que debes cuidar con esmero son tus pies para tí van a ser tu bien más preciado. Los zapatos iturri (los negros) son duros, muy duros y a casi todos los aspirantes nos han dañado los pies. Además, yo tuve la mala suerte que me dieron un par dos números superior al mío por error (estaba serigrafiado al exterior como 46, hasta que descubrí debajo de la plantilla que era un 48). Los dos días que los llevé me destrozaron los pies (pronto colgaré una foto de estos en el blog de mi colega Paloke). Tenías unas llagas en los dedos que supuraban pus te lo aseguro lo pasas mal pero que muy mal. Así que llévate compeed (tiritas de silicona con un tratamiento especial de venta en farmacia), tiritas de esparadrapo anchas. Y si puedes hazte con unos zapatos similares antes de ir a la ENM para ir domando un cuero tan duro como el de los zapatos de la Armada. Ah, por cierto, los zapatos blancos pídelos un número por encima de los negros que tienen la horma más pequeña.

    Bueno Enrique lo dicho cualquier cosa que necesites (menos dinero) pues aquí nos tienes. Pásate también por este [url=http://www.reservista.com/phpBB2/index.php][b]foro[/b][/url] en el que encontrarás mucha información.

    Un saludo

    • Dronedaniel el 11 mayo, 2007 a las 9:22
    • Responder

    Meollar amigo…..
    Si ya tenía la agenda apretada, vas y me la «cargas» un poquito más… A partir de ahora ya tengo una nueva obligación antes de ponerme a trabajar: abrir con impaciencia las puertas de esta casa, y leer tu crónica sobre nuestra singladura en la Escuel Naval Militar.

    Un abrazo curso, y a tus órdenes, mi oficial.

    • jose m el 10 noviembre, 2007 a las 19:26
    • Responder

    Me ha interesado mucho la información que has dado, en marzo (creo) estoy en Marin. Me gustaría que te pusieras en contacto conmigo, un saludo y gracias.

    • felipe ruiz garcia el 4 mayo, 2010 a las 10:07
    • Responder

    ´´ que tiempo me tirare en la escuela naval de marin durante mi formacion como reservista voluntario bueno como aspirante muchas gracias por su respuesta de antemano felipe ruiz garcia aspirante a reservista voluntario desde cartagena españa saludos cordialesso

  1. ola felipe en marin te tiraras cinco años de carrera para ser pficial en la armada española eso en la categoria o escala superior de oficiales y tres años en la escala de oficiales tanto siendo oficial como oficial reservista voluntario recibe un cordial abrzo de lorena egea jerez alferez de navio de esta escuela naval de marin a ver si pronto te veo en la escuela como aspirante a reservista voluntario de la armada española

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