Fin de semana en Roma.

Buscamos un hotel por Internet, con la premisa que fuera barato, ya que sólo pensábamos descansar nuestros doloridos cuerpos y reponer fuerzas para el día siguiente. También debía estar lo mas cerca posbile del coliseo o el foro imperial, de forma que después de mucho buscar encontramos por Venere el hotel Ferraro. Después de intercambiar algún correo para confirmar la reserva me fuí mas conforme.

El viaje lo realizamos sin contratiempos, saliendo y de Sevilla a la hora prevista y llegando a las 16:00 al aeropuerto de Fiumicino. Después de seguir las indicaciones que ponían Treno llegamos a la estación por una entrada lateral, y a nuestra izquierda quedaban los andenes de los trenes. Visto de frente encontramos unas pequeñas máquinas expendedoras dónde sacamos los billetes con la tarjeta de crédito y los validamos a continuación en una máquina amarilla.

Llegados al hotel, que estaba en una segunda planta, nos metimos en una habitación en la que a duras penas cabía la cama y que el cuarto de baño había sido incrustado y que evacuaba con una bomba trituradora, por lo que cada vez que tirabas de la cadena, te duchabas o te lavabas los dientes se ponía en funcionamiento con una escandalera que despertaba al resto de los huéspedes, si los hubiese, ya que en el par de noches que pasé no me crucé con nadie, aunque también tengo que decir que estábamos tan cansados que ni nos molestaba la música del bar que había en el local de abajo.

Después de dejar la maleta decidimos dar un recorrido por la zona. Decidimos ir a la Fontana di Trevi, pasar por la Piazza de Quirinale y acercarnos al Pantheon. Por cierto, la mayoría de las fotos han sido tomadas de noche y sin flash, por lo que si alguna sale movida espero que se me perdone.

Me llamó poderosamente la atención el tema del tráfico, ya que sólo se respetan los semáforos, y unicamente cuando están en rojo. Los paso de cebra o los semáforos en amarillo no existen, por lo que si vas andando y quieres cruzar la mejor forma de hacerlo es esperar que no haya ningún coche o cerrar los ojos, extender la mano con la palma abierta para que se vea bien, tomar aire y cruzar.

^{Columna de Marco Aurelio}

Llegando al Palazzo del Quirinale nos retuvieron hasta que salió una comitiva del mismo a toda velocidad. Por cierto, la presencia policial es bastante numerosa, pude ver polizia municipale, carabinieri y Guardia di Finanza, así como un helicóptero que sobrevoló todo el sabado la zona de la Piazza di Spagna (posiblemente un Huey, ya que se oía mucho el ruido de las aspas).

^{Monumento a Vittorio Emanuele II
Altare della Patira}

De camino al Pantheon nos pasamos por la Piazza Colonna y a mi mujer se fijó en un sitio para cenar cuando íbamos camino a la Piazza Venezia a ver el Monumento a Vittorio Emanuele II. En fin, que siguiendo las buenas vibraciones de mi señora nos dimos la vuelta y nos desandamos un buen trecho para ir al restaurante. Craso error, ¿cómo es posible que en Italia demos cenemos en un restaurante en dónde la pizza está congelada? (a -20 ºC para ser más exactos). Pue si, un servidor acertó y se comió una pizza de champiñones, que, por cierto, odio y mi mujer una fetuccini pasados de aceite y con unas setas de tamaño desproporcionado. En fin, una cena para olvidar. No me acuerdo del nombre (y no pienso buscarlo en el google). Sólo decir que estaba al lado de Bartolucci, una tienda que hace figuras de madera.

Nos dirigimos entonces hacia la Piazza del Colosseo pasando por la Via dei Fori Imperiali, dónde vimos el Foro di Traiano, la columna de Traiano, la Vía Alesandrina y el Foro Di Augusto, justo enfrente estaba la Curia, el Foro Romano. Allí pudimos admirar la increíble construcción del Colosseo. Aquí terminó nuestra jornada del viernes, ahora nos queda todo el sábado para recorrer Roma, pero eso será en otra entrada.