Parque de los Pinos (Montequinto)
Ayer fuí a comer al Hordeum para disfrutar del solomillo a los langostinos, pero tuvimos una mala experiencia, no en la bodeguita, dónde la comida estuvo bien, aunque tardó en llegar el segundo de los solomillos y el queso frito con mermelada. El contratiempo lo tuvimos en el parque de la plaza Fernando VI, en donde parece que se ha convertido en un gigantesco pipican, parce que los dueños olvidan recoger los excrementos que producen sus animales. Ya no hablamos de las enfermedades como la toxocariasis, gusanos u hongos, que estos pueden transmitir a los críos cuando juegan en el arenero, sitio predilecto para dejar que el animal se alivie, sino también de las molestias que estos causan cuando las pisan.
Recientemente he visto cómo algunos ayuntamientos optan por vallar la zona de juego infantil, evitando que se salgan los menores en un descuido de los padres, pero también evitando que los animales entren.
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