El tomar un refrigerio por la tarde mientras los niños juegan con los columpios en el arenero del Parque de los Pinos es casi una obligación. El mejor sitio es el quiosco que hay en el propio parque. Para los críos hay una fuente y unos servicios cerca, y para los padres un tirador de cerveza y unos bancos en el que controlar a la chiquillería. Eso si, ojo con las mesas de bar, que han visto tiempos mejores y pierden la verticalidad con bastante facilidad.
Los precios no son precisamente baratos, pero desde el cambiazo del euro ¿que es barato y que es caro?
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