Ayer jueves 26 fui a la feria con la familia, ya había estado antes con mi pareja en la
cena del pescaíto, por lo que esta vez sólo fuimos para que pudieran disfrutar los pequeños. No entramos en el recinto ferial, sólo nos quedamos en la Calle del Infierno. El recinto no ha cambiado nada respecto al
año anterior, por lo que las atracciones eran casi las mismas.
Llegamos sin ningún tipo de atasco, entramos directamente en el parking del Charco de la Pava, cuando fuimos a coger el autobús Saimaza nos ofreció un café (que agradecí con el corazón) y Coca-Cola una botella de un litro de Aquarius cola, desafortunado sabor, estaba jalonado todo el trayecto con botellas cerradas y tiradas.
Llegamos a eso de las cinco de la tarde, una hora muy taurina, y nos dispusimos a recorrer todos los cacharritos para ver dónde se montaban. Este año el precio oscila entre 2.80€ y 4€. Los críos ya sabían que tenían un máximo de cuatro atracciones así que eligieron algunas clásicas (al niño le encantan los autos de choque) la pequeña no había forma de bajarla una vez que se había hecho fuerte en la atracción, y la grande y yo probamos el Ratón vacilión y el gato comilón (mucho traqueteo y da la impresión que en cualquier momento se va descuajaringar el raíl por el que va la atracción con la consiguiente caída al vacío).
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