^Entrada

Como es natura, no está permitido la entrada de comida o bebida desde el exterior, por lo que tienes que comprar todo en el recinto. Las atracciones son las típicas piscinas de bolas, toboganes y una pista en la que practicar con un triciclo y conducir por una carretera pintada en el suelo con diferentes señales. Antes había un par de castillos hinchables pero estos han dejado paso a dicha pista.

Dispone de un par de zonas para celebrar el banquete del crío con sus amigos, y es bastante el trajín que hay de gente. A diferencia del Rupert (que está en Montequinto) aquí los padres se pasean a sus anchas por casi toda la instalación. La nota negativa la pone la falta de monitores, y los que hay están desbordados, como ejemplo, decir que a mi sobrina más pequeña fue agredida por un grupo de críos.

^{Taj Mahal.}

El caso es que en local está en el antiguo Rincón de Jesus (aún se pueden ver los azulejos tapados con pintura blanca), se ha añadido algunos toques hindúes y, por supuesto, la cocina.

Par la ocasión decidí pedir Pollo Jalfrezi (curry de pollo con trozos de pimiento, cebolla y tomate. Todo ello sazonado especias muy picantes) y un Sheek Kebab (salchicha de carne picada de cordero hecha al horno).

también adornaron la mesa algunos platos de corte vegetal así como nan de ajo y simple y Chana Masala.

De postre Gonlab Jamban (postre -caliente- de leche condensada, azúcar y almíbar) y Mango Kulfí (helado de vainilla y mango).

La comida estuvo bien, nos vieron cara de gustarnos las emociones fuertes, por lo que el sheek kebab nos los trajeron aun mas picante (si cabe). El pollo Jalfrezi estaba delicioso, y junto con el nam hacían la pareja perfecta. Respecto al precio, los platos rondan entre los 8 y los 10 €.

En definitiva, un sito para pasar un rato agradable y probar en Sevilla otro tipo de cocina que no sean los montaditos de lomo y el pescadito frito.