Ifni-Sáhara: 50 Años De La Última Guerra De África (IV)

La segunda jornada del Ciclo de conferencias se celebró el 23 de noviembre del 2007. Con un interesante análisis de las operaciones militares del Ejército del Aire español en Sidi-Ifni. Se clausuró el ciclo con una proyección de un extracto de los noticiarios del NO-DO que llevaron a los presentes de forma cierta al Sidi-Ifni de los finales de los años 50 y, para terminar, una última conferencia que nos habló de memoria del conflicto y de su latencia a través de los asuntos diplomáticos españoles sin resolver en la actualidad: el Sahara español.

En la tercera jornada, el General de Brigada Carlos Javier Alonso López se encargó de abordar la aportación de las fuerzas aéreas españolas al conflicto africano. En primer lugar estableció la imposibilidad española de utilizar los modernísimos aparatos a reacción F-86 Sabre que los EEUU habían cedido a nuestro país en virtud del convenio de ayuda mutua. Sin embargo, despejó a continuación las dudas sobre el material aéreo desplegado en el teatro de operaciones por España. Los aparatos de bombardeo los veteranos Heinkel HE-111 Pedro habían sido motorizados en enero de 1957, lo que les permitió llegar al conflicto en perfecto estado. Igualmente, los transportes Junkers JU-52 Pava se verificarían como “auténticos caballos de transporte” para nuestro esfuerzo bélico en la zona. La primera misión de guerra de realizaría el 27 de octubre de 1957, en una operación de hostigamiento a las fuerzas del Ejército de Liberación. Sucediéndose los hechos de forma exponencial hasta el inicio oficial de las hostilidades, apenas un mes después. Las operaciones serían de bombardeo, transporte, aprovisionamiento, evacuación y lanzamiento de paracaidistas. En febrero de 1958 el Ejército del Aire había desplegado 30 H-111, 30 J-52, 11 T-6, 14 ME-109, 1 Do-27 y 6 I-115. Los medios aéreos funcionaron adecuadamente excepto los 14 Me-109 del que ya se conocían sus carencias en operaciones en el desierto. El 16 de febrero de 1958 fueron retirados de la zona de combate cuando sus bajas (sólo por accidentes) supusieron el 36 % (5 aparatos destruidos). Las operaciones aéreas se concentraron en tres fases: la primera del 23 de noviembre al 10 de diciembre con derroche de esfuerzo en el transporte y el bombardeo de fortuna; la segunda del 11 de diciembre al 10 de febrero de 1958 caracterizado por acciones de hostigamiento, protección de convoyes del ET, apoyo a las fuerzas terrestres y puente aéreo con las Islas Canarias; por último, la tercera fase se alargaría entre el 11 de febrero y el 3 de marzo basado en ataques constantes a tierra, logística a los despliegues terrestres y evacuación de heridos.

La conferencia de clausura fue pronunciada por el General de División Miguel Simón Contreras bajo el título de “Ifni-Sáhara en el recuerdo”. Desde una visión evocadora este experimentado militar fue capaz de llevarnos a la crudeza de la vida en la trinchera para el soldado español de 1957-58. Sus palabras son suficiente muestra de ello: “Nadie puede imaginarse la dureza con que vivieron los soldados españoles”. Nos narró con áspera realidad de los colchones de paja que servían para descansar. De las famosas alpargatas con la que muchos infantes y legionarios pasaron meses terribles de miedo en las posiciones cocidas por el sol africano. También nos situó de forma dramática entre las alambradas y los campos de minas en que nuestros militares sorteaban, a duras penas, las enormes ratas de campo y de varias familias de serpientes que se alimentaban de aquellas. Por último, nos ofreció una visión más amable de aquellos tiempos, cosa que hizo las delicias de los veteranos presentes, combinando imágenes antiguas y modernas de los lugares clave de Sidi-Ifni.

Como conclusión hay que destacar la importancia de este tipo de eventos que devuelve a la sociedad española a una realidad a la que no solemos mostrar mucho interés. Casos como la toma del islote Perejil, el tema sin zanjar del Sáhara español, la perpetua, e ilegal, reivindicación marroquí de nuestras ciudades en África son las ramas de unas raíces que se hunden profundamente en los sucesos de Sidi-Ifni. Para los veteranos del conflicto fue duro pero, a la vez, gratificante oír otra vez nombres que guardaban en lo más recóndito de su memoria. También fue doloroso escuchar de nuevo el nombre del compañero caído o el dramático recuerdo de una madre de uno de estos que expresaba con dolor en su profunda Galicia “Si pensaban dar Sidi-Ifni a Marruecos podrían haberlo hecho antes que entregarme a mi esta caja”.

Sevilla 27 de noviembre de 2007