Aunque parezca mentira me pogo colorada la policía local tiene recetarios de multas. Aquí vemos a unos agentes despachando a dos coches que estaban aparcados en la zona de motos. Lo mejor del caso es que ha hecho falta una Estación de Penitencia de un Paso de Semana Santa para que, por fin, pongan una multa. Lástima que no estaba el habitual del sitio.
Policía Local Multando
Al otro lado del mostrador
Pedro Carrillo
4 comentarios
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Sevilla tiene un color especial…., pues yo se de otra capital de provincia, de una comunidad diferente en la cual, primero grúa, después depósito, y luego multa, (por si pensabas que no tenían recetario.) :). Y me creo autorizado a hablar de ello. 🙁 pues creo que probé todas las grúas posibles de esa capital.
Hoy me he dado cuenta pasando por la misma calle que han desaparecidos los baches, en su lugar hay ahora pegotes de alquitrán. No es que fueran muy profundos, pero eran bastante molestos cuando pasabas con la moto, ya que la verticalidad se convertía en una preciada virtud.
Para bache profundo el que hay en el [url=http://www.colegioentreolivos.es/][b]Colegio Entreolivos[/b][/url], que de tanto pasar los autobuses puedes quedarte atascado dentro, y no me refiero a las roderas que se han hecho en el asfalto y que gracias a el [url=http://www.isospain.net/index.php?/archives/461-Carnet-por-puntos..html][b]mi cuñada[/b][/url] convirtió su corsa en un 4×4, sino al que está enfrente del club de tenis, los días que llueve es muy gracioso, ya que se llena de agua embarrada y si no lo conoces piensas que es un charco, no un hoyo que parece una alberca.
A lo que vamos, o es gracias a las elecciones, o por la Semana Santa, pero aquí parece que el Ayuntamiento se mueve cuando ve peligrar el sillón, a ver con que nos sorprende para la feria.
A triunfar ; )
Paloke
El pasado jueves, día de Corpus Christi 2007, estábamos en El Surtidor para celebrar la festividad en Sevilla y que fuera día laborable en Montequinto, cuando entró un señor preguntándonos si el coche aparcado en doble fila en la calz
Otra vez está aquí la Semana Santa, y, como siempre, el ayuntamiento aprovecha para dar esos retoques de última hora al recorrido, y no me refiero a montar las sillas de la carrera oficial, sino a tapar los agujeros para que no se caiga alguien con capiro