Hoy ha sido memorable, volvía del trabajo a casa cuando El Tuerto me llama la atención sobre una conductora que está parada al lado nuestro en el semáforo, Así, a simple vista no vi nada especial, hasta que reparé que estaba hablando por el móvil. Bueno, por lo menos está parada en el semáforo y no conduciendo, pensé, Supongo que no lo hará ninguna gracia que le quiten tres puntos por hablar.
Ya intrigado, me fijo que no tiene puesto el cinturón.. ahí va otro trío de puntos, así, como el que no quiere la cosa le han soplado la mitad de los que tiene el carnet.
Esperando que arranque veo que en la mano derecha tiene un cigarrillo. En la mano izquierda el móvil, en otra un cigarrillo y el semáforo se pone verde, vamos, que no se achicharró de milagro.
Arrancamos y salimos, intentamos dejarla atrás lo antes posible, ya que era un peligro para todos. Espero que no se haya desecho del cigarrillo tirándolo por la ventanilla (una vez, en la moto un capullo no se le ocurre otra cosa que tirar la colilla por la ventanilla, con tan mala suerte que me pegó en el quitavientos de la moto, si hubiera podido le habría metido el cigarro por dónde la espalda pierde su casto nombre, pero eso es otra historia).
El caso es que por un par de tonterías te pueden quitar 10 puntos, tres por el móvil, otros tres por el cinturón y cuatro por tirar colillas por la ventanilla. Y la gente no escarmienta. Ahora que los navegadores GPS vienen con Bluetooth para poder coger las llamadas del teléfono el personal sigue hablando como si nada. Tan importantes son las llamadas que no puedes esperar a llegar para responderlas.
– ¿Dónde estás?
– Conduciendo, en cinco minutos llego.
– Enga, que te espero.
– Nos vemos.
¿Eso no se lo puedes decir cuando llegues?. Si es algo de vida o muerte, te paras en la salida más cercana y te explayas hasta que se quede el móvil sin batería. Pero por una tontearía te juegas, a demás de los puntos y de la pasta que en un despiste invadas el carril contrario y eches a otro de la carretera, y sino que se lo digan a mi cuñada, que tiene que pagar 500 eurazos en reparaciones por alguien que invadió su carril y la tiró a la cuneta.
fue una lástima que la cámara de foto no la tuviera disponible, otra vez será, que seguro que las habrá.
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