Una vez que sales por la Piazza San Pietro por la Vía di Porta Angelica giras a la izquierda y subes por el Viale Vaticano. La tarifa de entrada es de 13 € y es válido para una entrada en los cinco días posteriores a su emisión. Si tienes el carnet de estudiante te saldrá mas barato.
Los techos de cada una de las salas están decorados con una exquisitez que te dará dolor de cuello de tanto mirar hacia arriba. Existen también estancias que no podrás acceder, pero que podrás contemplar a través de puertas enrejadas.
Es recomendable el hacerte con un trípode pequeño, para poder tomar las fotografías en velocidad base, ya que no está permitido el uso de flash en el recinto, e incluso está totalmente prohibido el sacar fotografías en la Capella Sistina.
Al igual que en la Basílica di San Pietro es recomendable el uso de la audio guía para que nos relate los entresijos del museo.
Si vas con mucha, prisa puedes acortar hacia la Capella Sistina en varios puntos del trazado, aunque no es muy recomendable. Nada mas entrar en el Museo Histórico encuentras la Galería de Tapices, una colección de tapices del siglo XV a XVII, luego se da paso a La Galería de los Mapas, fue decorada bajo el papado de Gregorio XIII (1572-1585), y restaurado por el papa Urbano VIII (1623-1644). Como ruta adicional puedes visitar las Estancias de Rafael, decoradas por él y sus alumnos o las estancias de Borgia utilizadas por el papa Alejandro VI.
Como colofón accedemos por una pequeña puerta a la Capella Sistina, en dónde, podemos disfrutar de un merecido descanso contemplando los frescos de Miguel Ángel. Está prohibido realizar fotografías, incluso sin flash, supongo que será debido a que ante la duda de que se pudieran deteriorar los frescos con la luz han prohibido todo tipo de fotografías.
Por último, descendemos por las escaleras principales (aunque un servidor optó por el ascensor que hay en el lateral y que te transporta al pasado) para salir del museo.
Una vez fuera decidimos acercarnos al Castello de San Angelo y comer por el camino. Encontramos una pizzería dónde, dada al experiencia de la noche anterior, preguntamos directamente eran ellos los que amasaban las pizza y bajamos al comedor de la Pizzeria Il Renovatio. Repusimos fuerzas, un servidor se pidió una Pizza Lucifero, y un capuchino. Repuesto el espíritu y saciada la carne emprendimos camino hasta el Castello de San Angelo, pero esa ya es otra historia.
2 comentarios
Después de reponer fuerzas de la anterior visita nocturna por Roma decidimos levantarnos temprano y visitar primero la Città Del Vaticano y luego hacer un recorrido para volver al hotel. En un alarde de atrevimiento decidimos coger el auto
Después de reponer fuerzas, nos dirigimos al Castel de San Angelo, el cual alberga en su interior Il Mausoleo di Adriano. Durante el trayecto me llamó la atención que la mayoría de los scooters tenían un cubre-piernas que protegía del frío