Hace tiempo escribí a cerca de este peculiar bar dónde se daban la mano la cocina vanguardista con el mejor espíritu de tasca.
La decoración con la colección de llaveros y pines con las portadas de la feria ha dado paso a una decoración sobria y minimalista. Ahora se puede decir que la presentación de los platos está en consonancia con el local, aunque un servidor le había pillado el romanticismo a las sillas de plástico.
La cocina sigue siendo tan estupenda como siempre y los precios ajustados (ejem: solomillo a las 3 salsas 10€) y el Servicio está atento para que no te falte de nada.
Es una pena que teniendo dos zonas totalmente separadas (cumpliendo la normativa anti-humo) se permita fumar en ambas zonas. La parte interior debería estar libre de tabaco. En definitiva, un estupendo lugar para saborear cocina de ayer y hoy aprecios asequibles. Y una recomendación: Cuchillos de sierra.
2 comentarios
Me parece muy mal de lo de la normativa de humo porque si a mi padre le da la gana de poner los dos salones para fumar se pone y PUNTOOO
El nuevo local tiene un problema serio con el ruido. Por alguna razon, el salon retumba mucho, y en cuanto hay cuatro mesas ocupadas, el ruido es insoportable, y no es que yo sea un mijita con el ruido, es que de verdad que hay mucho ruido. ;e da pena, porque la comida es excelente, pero el ruido hace que no sea nada agradable. Espero que lo solucionen pronto.