Otra vez está aquí la Semana Santa, y, como siempre, el ayuntamiento aprovecha para dar esos retoques de última hora al recorrido, y no me refiero a montar las sillas de la carrera oficial, sino a tapar los agujeros para que no se caiga alguien con capirote, la abuela que lleva un mes sufriéndolo a la salida del DIA no es noticia, pero si un penitente es arrollado por un paso porque se ha caído debido a un socavón, entonces es harina de otro costal.
Mar 07
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