Vale, el título es un poco alarmista y digno de Aquí hay tomate, pero no creo que le hiciera mucha gracia a la persona que se le estaba quemando la casa que el camión de bomberos estuviera atascado porque los propietarios de las furgonetas (habían tres furgonetas, pero no salen el al foto) estuvieran ensimismados moviendo cajas de una planta a otra.
Después de un buen rato con las sirenas a todo trapo (y doy fe que se oían bastante) tuvimos que avisar al propietario de la furgoneta para que la moviera.
Por cierto, esos dos coches no eran los únicos, pero si los más sordos, ya que los otros propietarios corrieron raudos a mover sus vehículos.
Por cierto, la foto está tomada con la cámara del móvil, de ahí su penosa calidad y todo el barullo me sorprendió en medio del café mañanero, por lo que en el trascurso de buscar el móvil y sacar la foto habían desaparecido, como por arte de magia, los otros tres coches.
Algo parecido le pasó a un autobús que paso por el mismo sitio y, ni corto ni perezoso, se llevó por delante los espejos retrovisores de los que estaban en doble fila.
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