Hace algún tiempo que aprovechando la investigación en archivos para mi tesis doctoral he ido perfilando un proyecto de novela histórica. Es una mezcla del mundo de la Armada Real en el siglo XVIII, espionaje y algo de industria de la época.
Echale un vistazo y me dices si te gusta… Gracias
El silbido del contramaestre rompió el ajetreo que se vivía a bordo del Gitano. Era un precioso barco que pertenecía a la escuadra del marino mallorquín Antonio Barceló. Operaba desde 1748 entre la costa catalana y la de las Islas Baleares, protegiendo las comunicaciones españolas. Los barcos de Barceló con su trabajo diario garantizaban el trasiego de correspondencia entre las islas, la costa catalana y el arsenal de Cartagena. Servicios por los que su comandante había destacado y, como premio, el Almirantazgo lo había promocionado al grado de Teniente de Navío. Las malas lenguas, sin embargo, decían que la Armada Real se había olvidado, convenientemente, de incluir una paga en su ascenso. Y en parte, aquella afirmación era del todo cierta, porque al marino sólo se le había concedido el empleo pero con la coletilla de “graduado”.
2 comentarios
Tuerto, ya has despertado en mi el ansia de lector compulsivo, espero ávido poder imbuirme en el XVIII, durante un buen número de páginas.
Ánimo.
Pues eso está hecho ya estoy acabando el penúltimo capítulo. Muchas gracias. Se admiten críticas, cuanto más ácidas mejor.