Si no has llevado nunca un kart no se a que estás esperando para hacerlo. Los críos se lo pasaron pipa y un servidor se atrevió a montarse en el que llaman F-300. El precio varía entre los 5€ del infantil en la pista pequeña a los 15€ del F-300. El tiempo de cada manga es de 15 minutos y si quieres liberar adrenalina es una opción bastante interesante.
En lo que respecta a los karts, están bastante bien mantenidos mecánicamente, no así de aspecto, pero ya se sabe el trote que tienen. Al ponerte el casco (con un soto-casco por eso de la higiene) ya empiezas a prepararte para dominar el cortador de césped. Lo que realmente eché en falta fueron un frenos más potentes, pero el motor rendía lo suyo y en la recta se alcanzaban velocidades bastante elevadas. El paso por curva es otro cantar, me costaba mucho esfuerzo en meter el coche en su sitio y la dirección estaba excesivamente dura (parece que sólo era el mio, ya que los críos no se quejaron).
En la zona de boxes puede tomar algún refrigerio y la cerveza que se sirve es sin alcohol (lógico, ya que vas a conducir). Junto con nosotros había seis o siete ciudadanos del este que se desfogaron en la pista, el problema fue que a la salida alguno todavía no había cambiado el chip.
Un buen lugar para pasar un corto rato divertido. Como recomendación, si tienes casco, no está de más que lo lleves, nunca se sabe quién puede haber estornudado dentro.
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